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Santa Hildegarda alimentación

Esta abadesa le otorga mucha importancia a la alimentación del día a día. De hecho, ella seguía la máxima del médico griego Hipócrates que dijo que tu medicina sea tu alimento. Efectivamente esta Santa otorga poderes curativos a los alimentos. Por ejemplo, la pera cocida es muy beneficiosa para el tracto intestinal. O la infusión de hinojo muy importante para esclarecer la vista. Y por supuesto no nos olvidemos de la espelta.
La espelta es el cereal estrella de esta alimentación. Habría que comer dos o tres veces al día. Sobre todo, por sus propiedades nutritivas y sus características.

 

Alimentación Santa Hildegarda

Como hemos dicho, el cereal de la espelta es la base o piedra angular de la alimentación de Santa Hildegarda. Habría que comer dos o tres veces al día. Sobre todo, por sus propiedades nutritivas y sus características.
Por nombrar solo algunas propiedades de la espelta, esta tiene los ocho aminoácidos. Pero también tiene calcio, las vitaminas del grupo B, triptófano. También tiene un trece o catorce por ciento de proteína. Mientras que el trigo sólo tiene un 8 o un 9 por ciento. Tiene también omega 3, omega 6 y omega 9. Además, es muy digestiva por su bajo contenido en gluten. Favorece el tracto intestinal. Se puede comer bajo muchas formas. Están los granos de espelta, está la harina de espelta para hacer pan. También se puede comer en couscous o en pasta de diferente forma. Una sopa clara con fideos de espelta está deliciosa. Hay también cerveza de espelta.

 

Alimentación según Santa Hildegarda

En su libro Physica, Santa Hildegarda de Bingen hace una clasificación de los alimentos.
Los clasifica en húmedos y secos. Y también en fríos y calientes. Según ella, tiene que haber una sutil armonia entre estos 4 elementos para que el plato de comida sea sano. Aunque cocinado con espelta siempre se acierta ya que regula todo. Tanto a nivel del cuerpo como a nivel culinario. Luego en este libro los alimentos también se clasifican entre los que se pueden crudos y los que hay que comer cocidos. Bueno de hecho casi todos los alimentos habría que comerse cocinados. Santa Hildegarda solo deja comer unos pocos alimentos crudos. Hasta la ensalada aconseja esta mujer alinearla antes con vinagre sal y aceite para “precocerla” un poco antes. Así, la ensalada saludable no sería esta que está crujiente a la hora de comerla. Sino la que ya está un poco mustia.

 

Santa Hildegarda de Bingen alimentación

Esta abadesa alemana también hace una distinción entre la comida para sanos y la comida para enfermos. Normalmente los sanos pueden comer de casi todo. Pero hay algunos alimentos que les son vetados y que pueden comer sólo los enfermos. Así por ejemplo la carne de cerdo es aconsejada solo cuando se está saliendo de una enfermedad para retomar fuerzas. Al igual que los higos. Sin embargo, hay otros alimentos que dice santa Hildegarda que no pueden ser comidos por los enfermos. Finalmente hay otros alimentos como la espelta o la manzana cocida que pueden ser comidos por todos.

 

Alimentación según Santa Hildegarda de Bingen

No podemos acabar esta sección sin nombrar los alimentos prohibidos por Santa Hildegarda. Recomienda no tomar fresas, puerros, melocotones y ciruelas. Esta Santa no da explicaciones al respecto, aunque hoy en día si que se pueden encontrar. Por ejemplo, las fresas son de los pocos frutos que están en contacto con la tierra. Este hecho provoca que microorganismos de la tierra salten a la tierra. Y por eso pueden llegar a provocar alergias en primavera. Las ciruelas y los melocotones tampoco sientan bien a todo el mundo. Y en cuanto a los puerros no es de las verduras más digestivas.

 

Alimentación

En comparación a otros regímenes biológicos y otras terapias naturales, la terapia alimenticia de Hildegarda, nos da información sobre las virtudes curativas de frutas y verduras. También sobre el uso correcto de las hierbas medicinales y los efectos curativos de la carne y del pescado. Hay que señalar que el producto por antonomasia del arte culinario de Hildegarda es la espelta. Solo con una alimentación a base de espelta se puede prevenir y curar la mayor parte de las enfermedades debidas a la alimentación.

La comida de los antiguos griegos y de los romanos era muy simple, sin ninguna pretensión. Se alimentaban esencialmente de frutas y verduras acompañadas de papillas de cereales integrales. Los cereales y las papillas preparadas con estos cereales han sido durante todos los tiempos la base de los pueblos civilizados del mundo. Esencialmente comida de ricos, el pan apareció más tarde complementando la papilla o la mermelada. Herodoto afirma: “Los pueblos consumidores de cereales están más adelantados en el campo de las artes y de las ciencias, son superiores por su número, su constitución física y su cultura a los que viven haciendo la guerra, de la caza del ganado y de la pesca.” Ha existido siempre una diferencia entre los pueblos según que su alimentación haya sido esencialmente vegetal o animal.

A través de estas líneas,  no queremos decir que la cocina hildegardiana sea vegetariana. Pero si que es verdad que la carne se come algún día a la semana no todos ellos. 

Con las conquistas y el desarrollo de los negocios, una nueva clase social de pudientes apareció y trajo con ella productos de otros países e introdujo costumbres alimenticias que substituyeron al modo de vida frugal. En esta época de pretendida civilización las ciudades perdieron el sentido de la solidaridad con los campesinos y la moderación natural inherente a una alimentación simple. El sentido de la justa medida entre la sobreabundancia y la insuficiencia desapareció.

 

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