Descripción
Santa Hildeharda dice respecto del sardónice:
“Cuando un hombre lleva un sardónice sobre la piel y lo introduce a menudo en la boca para que su aliento se extienda sobre ella y la retira y se la vuelve a poner de nuevo, su inteligencia , su ciencia y todos los sentidos de su cuerpo se fortifican. Igualmente aleja la cólera, la tontería y la indisciplina de esta persona (la lascivia) y a causa de esta pureza el diablo la odia y la huye”